En aquel entonces no supe comprender nada! ! !
Debi a haberla juzgado por sus actos y no por sus palabras.
Ella me proporcionaba alegria y aroma.
Jamás debí haber huído.
Debí adivinar su ternura, tras sus inocentes mañas.
Las flores son tan contradictorias! ! !
Pero yo era demasiado joven para saber amarla.